Estamos a punto de terminar el 2024 y es momento de rememorar nuestro caminar juntos. Iniciamos nuestro viaje cósmico el pasado mes de marzo con la entrada de la primavera (el equinoccio de primavera) un momento en el que el día y la noche tuvieron la misma duración. A partir de ahí, los días se fueron alargando hasta llegar al solsticio de verano en junio, cuando tuvimos el día más largo del año y la noche más corta. Después, las horas de luz diurna se fueron disminuyendo para llegar al equinoccio de otoño, en octubre. En ese momento, nuevamente el día y la noche fueron iguales en duración. Actualmente, nos estamos acercando a la oscuridad con días cortos que nos llevarán a la noche más larga del año, donde nos encontraremos con el solsticio de invierno. La entrada, en la noche más larga, nos invita a observar la danza cósmica, que vista desde la tierra, nos enseña que más allá de la oscuridad está la luz. Así que te invito a abrazar la noche y entregarte a ella.
¿QUÉ ES EL SOLSTICIO DE INVIERNO?
La palabra solsticio tiene su raíz en el latín solstitium, que se traduce como “sol detenido” y describe al momento en que el sol parece interrumpir su movimiento hacia el sur antes de comenzar su recorrido de regreso hacia el norte, en una danza que se repite cada año. Es un evento que se ha celebrado durante siglos en diferentes culturas. Simboliza renovación y esperanza, gracias al regreso de la luz del sol. Si pensamos en las culturas agrícolas, es fácil imaginar la alegría que viene con el progresivo final de la oscuridad y la revitalización de las plantas. Es un despertar de la naturaleza al que no somos ajenos.
¿QUÉ SIGNIFICA LA NOCHE DESDE EL PUNTO DE VISTA PSICOLÓGICO?
En la naturaleza, la noche es tiempo de quietud y oscuridad. A nivel psicológico, se asocia con el inconsciente, la sombra, es decir, lo que está oculto a nuestros ojos y que incluye lo más negativo de nosotros mismos, pero también las virtudes y capacidades que poseemos, pero aún no reconocemos. Podemos entender la noche más larga del año como la oportunidad para mirar nuestra sombra, reconocerla y comprometernos con nosotros mismos a hacer cambios que nos permitan disfrutar la luz que nos trae.Es un buen momento para examinar las emociones negativas y reflexionar sobre el hecho de que dichas emociones cuando se mantienen en el tiempo terminan generando alteraciones mentales, emocionales y enfermedades físicas. También es un momento para reflexionar sobre las cualidades que queremos desarrollar y que se van a convertir en la nueva luz de nuestra vida.
INTERNARSE EN LA OSCURIDAD PARA VER LA LUZ
Desde el punto de vista psicológico, internarse en la propia oscuridad significa bajar al infierno personal donde habita la parte más densa de uno mismo, así como también la más elevada. Desde allí, es posible vernos cara a cara y preguntarnos cuáles son las cosas que ocultamos frente a los demás. ¿Cuáles son los talentos o las emociones que ocultamos a los otros? ¿Qué nos produce celos? ¿Cuáles son los juicios que hacemos de los demás? ¿Cuáles son las cualidades que tenemos, pero nos da miedo desplegar? Cuáles son las causas que consideramos buenas y nobles, ¿pero no nos comprometemos a ellas por temor? Desde ese lugar podemos reconocer que lo que estamos buscando en la oscuridad, es la luz. Podemos darnos cuenta de que vemos la luz cuando hay oscuridad, de la misma manera como vemos las luciérnagas en la noche y gracias a la ausencia de luminosidad.
BUSCANDO EL TESORO
Sumergirse en los abismos de lo que se rechaza de sí mismo permite trabajar con lo que la alquimia denomina la materia prima, el material más denso, más oscuro, pero del cual se parte para crear el oro alquímico. Este oro es el equilibrio interior, la posibilidad de vivir una vida más plena, mientras se recupera la habilidad para convertirnos en creadores conscientes de nuestro propio destino. Es despertar la capacidad de mirar cada experiencia de vida de forma amorosa.El solsticio de invierno es un momento maravilloso para comprender y poner en práctica la frase de Carl Gustav Jung: “Nadie se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad”. Es un momento de sumergirnos en la oscuridad con la plena comprensión de que más allá está la luz, con un regalo que nos trae la esperanza de un renacer.