 
															En nuestro viaje en busca de los elementos visitamos templos de sabiduría antigua y exploramos sitios familiares con una mirada diferente para encontrar su esencia. Así fue como nos encontramos con el fuego y su calidez, la tierra y su estabilidad, el aire y su ligereza y el agua con su capacidad de cohesión.
Ahora nos vamos a adentrar en el mágico espacio de donde provienen los elementos, ese lugar que, a pesar de estar en todas partes, parece escaparse a nuestra mirada. Vamos en busca del Akash, el espacio cósmico, aquella “materia” sutil de la que derivan todos los elementos.
Para llegar allí, te invito a un paseo intergaláctico, donde saliendo de los confines de nuestro sistema solar y de la galaxia, empezamos a experimentar la vastedad del universo, el infinito número de estrellas, constelaciones, nebulosas y planetas que lo habitan y también la gran cantidad de espacio aparentemente vacío que hay en él.
Frente al maravilloso espectáculo del infinito es fácil preguntarnos: ¿Cómo surgió el cosmos? ¿Cuál es su origen? Tanto la ciencia como las cosmogonías de diferentes culturas, han dado diversas explicaciones a este cuestionamiento. En la antigua China, se afirmaba que El Tao es la fuente original de todo lo que existe. Se dice que es anterior al cielo y la tierra, y que de él emergen todas las manifestaciones del universo. Paradójicamente, el Tao se describe como vacío (xu), pero es un vacío infinitamente fértil que contiene todas las posibilidades de manifestación. El Tao representa la unidad primordial que subyace a toda la diversidad aparente del mundo. Es el Uno del cual surge la multiplicidad.
Así mismo, en el hinduismo y el budismo se habla del «collar de perlas de Indra» o «la red de Indra», la cual es una metáfora que sirve para referirse a la interconexión e interdependencia de todas las cosas. El collar se describe como una red infinita, donde cada perla refleja todas las demás, simbolizando cómo cada elemento en el universo está conectado y afecta a todos los demás. Nos ayuda a entender que nada existe de forma independiente, cada elemento de la existencia está conectado con el todo. De manera, que lo que afecta a una parte del sistema afecta al todo.
Esta visión que habla de una entidad primordial de la que surge todo lo demás está presente en los diversos mitos de la creación de diferentes culturas y poco a poco la ciencia va acercándose a lo que la espiritualidad y las cosmogonías han conocido por miles de años.
¿QUÉ NOS DICE LA FÍSICA?
La ciencia moderna nos dice que hay una fuente de energía de la cual todo está hecho en el universo. Y nos da una explicación muy parecida a la que aparece en la metáfora del collar de Indra. Nos dice que en el universo fractal cada punto es el centro y cada punto observa el universo desde allí, desde una visión única dada por un paquete de información individualizado. Y, a su vez, el todo está constituido por las infinitas interacciones e intercambios entre los diferentes puntos. Lo cual pone de relieve las ideas de interdependencia y vacuidad creativa.
El campo fundamental de energía, información conecta todo en el universo, interactuando con todas las cosas y creando interconexiones entre ellas. En los niveles más sutiles y refinados de sus frecuencias posee infinitas cantidades de energía, información con un potencial enorme, un verdadero mar de energía. Este campo, en su descripción, se asemeja al akash. Dicho campo, incluye todos los átomos del universo, aun aquellos que componen tu cuerpo.
Explorar la vacuidad creativa, el tejido mismo de la existencia está a nuestro alcance porque somos uno con ella. Nuestro viaje interestelar nos trae de regreso a nosotros mismos, al lugar desde el cual podemos conectar con el Akash. Te invito a explorar esa dimensión, que aunque aparentemente invisible, está disponible para todos, solo tienes que abrirte a ella…
Olga Lucia Toro
Astróloga.
Psicóloga y Periodista, U. Sabana.
Master In Mental Health, FAU.
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