En este trayecto de nuestro viaje cósmico, vamos a adentrarnos en la posibilidad de comprender que todas las cualidades que aparecen en los diferentes signos del zodíaco tienen la posibilidad de manifestarse en cada uno de nosotros. Aunque, por supuesto, lo hacen en diferentes proporciones y de manera distinta. Ya mencionamos las características de cada elemento en ocasiones anteriores y esta vez vamos a verlos en acción, como un todo funcionando en nuestra vida.

¿DE QUÉ ESTÁS HECHO?

Tomemos la siguiente idea: nuestros cuerpos están compuestos de sustancias sólidas como los huesos y líquidas como la sangre y los fluidos. Así mismo, todos tenemos una temperatura corporal y la posibilidad de una mayor o menor movilidad. En términos generales, si traducimos esta idea a un contexto astrológico, podemos afirmar que los signos relacionados con el elemento tierra están asociados con todo aquello que le da solidez a nuestro cuerpo. Por su parte, los líquidos están relacionados con el elemento agua. El calor con el elemento fuego y la movilidad con el elemento aire.
Esta es, por supuesto, una visión a grandes rasgos. Sin embargo, nos ayuda a entender que la arquitectura del ser humano en su esfera física, emocional y mental, así como también a nivel de su vitalidad, entre otros, comparten una base en común que puede entenderse desde la perspectiva de los elementos.

EL FUEGO: LA VITALIDAD, EL IMPULSO DE ACTUAR

Todos los signos de fuego están presentes en nuestra carta astral. Así, Aries, Leo y Sagitario no son exclusividad de los nacidos en los meses en los que el Sol, en su movimiento aparente transita por esas constelaciones. Si nos detenemos a reflexionar, encontraremos que hay áreas de nuestra vida en las que somos más activos y estamos dispuestos a tomar la iniciativa, a brillar o a crear planes con una visión futurista. Allí, el fuego de estos signos está presente.

Por el contrario, podemos darnos cuenta de que nos hace falta ese impulso e incorporarlo a través del ejercicio físico, exponiéndonos al calor del sol de forma moderada, consumiendo especies calientes como el jengibre, la canela o la pimienta y tomando las esencias de ciclos y ritmos del elemento fuego, el sol en Aries, Leo o Sagitario, entre otras.

LA TIERRA, LA ESTRUCTURA

La tierra tampoco es exclusiva. Todos tenemos en nuestra carta astral la presencia de los tres signos de tierra: Tauro, Virgo y Capricornio. Ellos nos aportan estabilidad, disciplina y practicidad, entre otros. Nos dan la habilidad de mantener una tradición, reflexionar antes de actuar, ser previsivos y capaces de concretar lo que nos proponemos.

Si no tenemos suficiente tierra, nos sentimos volando en un globo que no logra aterrizar y con dificultad para materializar nuestras ideas y proyectos. En ese caso podemos incorporar las cualidades de la tierra a través del “grounding”, la meditación de enraizamiento, la respiración lenta y profunda y el cuidado de las plantas. También, dedicando tiempo a estar rodeados de naturaleza, consumiendo frutos secos y semillas y las esencias de ciclos y ritmos del elemento Tierra, el sol en Tauro, Virgo o Capricornio, entre otras.

EL AIRE: LA COMUNICACIÓN, EL MUNDO DE LAS IDEAS

El aire se relaciona con la esfera intelectual y la comunicación, entre otros. Nos habla de los signos de Géminis, Libra y Acuario y nos abre la puerta de acceso al mundo de las ideas y las interacciones. Cuando somos creativos, curiosos, nos gusta estudiar y conocer nuevas formas de relacionarnos y ver el mundo, estamos en el dominio del aire. Cuando nos cuesta trabajo la comunicación verbal o escrita, tenemos dificultad para abrirnos a nuevas ideas y sentimos que estamos anquilosados, pero no podemos fluir, el aire nos ayuda.

Podemos incorporarlo a través de prácticas de respiración consciente, actividades al aire libre, ejercicios aeróbicos, permitiéndonos explorar nuevos conceptos, flexibilizando nuestros horarios y tomando las esencias de ciclos y ritmos del elemento aire, el sol en Géminis, Libra o Acuario, entre otras.

AGUA: LA SENSIBILIDAD, EL MUNDO DE LAS EMOCIONES

La esfera de las emociones está relacionada con los signos de Cáncer, Escorpio y Piscis que se asocian con el elemento agua. Si somos compasivos, protectores, sensibles, nos gusta profundizar en nuestras emociones y podemos entregarnos de manera equilibrada en nuestras relaciones, entonces el elemento agua nos está dando lo mejor.

Si, por el contrario, nos cuesta conectar emocionalmente con nosotros mismos y con los demás o somos poco empáticos, podemos equilibrar nuestra agua tomando baños terapéuticos, caminando en la playa o cerca de lagos y ríos, consumiendo agua de buena calidad, de manera consciente, y con las esencias de ciclos y ritmos del elemento agua, el sol en Cáncer, Escorpión y Piscis, entre otros.

EL AKASH: LA BASE DE TODO

Y aunque el Akash no es analizado como un componente de la carta astral, de acuerdo con la tradición de occidente, debemos recordar que es el telón de fondo que permite la manifestación de los cuatro elementos y es la matriz misma, de la cual todos surgen. Así que todos tenemos el akash presente en nosotros. Para conectarnos con ese espacio que todo lo contiene podemos practicar la meditación de la vacuidad, la contemplación del cielo abierto, el espacio infinito y las estrellas y el estudio de conceptos no duales. También podemos acudir al silencio y a las esencias de ciclos y ritmos del elemento Akash.