En nuestra primera ronda a través del zodiaco emprendimos un viaje cósmico que nos llevó por las doce estaciones astrológicas a través del espacio. Esta vez, te invito a un viaje en una nave espacial que se mueve a muchos kilómetros por hora y en la que habitamos los seres humanos. Con cada ronda nos acercamos a una nueva comprensión de los signos del zodiaco. Esta vez lo haremos desde una perspectiva mucho más palpable y que podemos reconocer fácilmente, ya que nos resulta más accesible. En esta ocasión, nuestra nave espacial será la tierra y las estaciones las encontraremos en nuestro planeta.
Iniciamos entonces nuestro viaje en las planicies y las montañas donde habita el carnero, el animal que simbólicamente podemos relacionar con el signo de Aries. Allí nos encontramos con la sorprendente agilidad de esta especie para desplazarse por los más escarpados desfiladeros sin ninguna dificultad. También su capacidad para saltar desde ciertas alturas, escalar escabrosos peñascos y correr fácilmente a toda velocidad por los senderos más angostos. Estas cualidades nos hablan de la capacidad que tiene Aries para vivir en un ritmo precipitado e impulsivo, a veces en busca del peligro y con un gran deseo por los retos. También se relaciona con la habilidad para ser directos, responder de manera inmediata a las situaciones y buscar la forma más rápida de solucionar las situaciones, evitando cualquier camino ondulante.
Los carneros se sienten cómodos en las cumbres y pliegues rocosos más inaccesibles. Esta característica se relaciona con la habilidad innata de Aries para disfrutar su libertad, moverse a su propio ritmo y disfrutar la aventura…
Su energía es la energía de la primavera, llena de vitalidad y que se refiere a la fuerza que da comienzo a todo, al inicio, el empuje, el impulso puro, la semilla con todo su potencial para romper la oscuridad y salir a la luz para germinar. Aries es el primer signo del zodiaco asociado con el liderazgo, con una capacidad de mando que no conoce los rodeos y que tiene la expectativa de ser obedecida con prontitud. Es por definición el conquistador, el pionero que ejerce acciones heroicas para lograr sus ideales.
El 29 de marzo tendremos una luna nueva, la cual es la fase lunar en la que la luna se encuentra entre la Tierra y el Sol. Por eso, su cara iluminada no es visible desde nuestro planeta. Esta luna nos da la oportunidad de reconocer nuestra fuerza vital, aportándonos claridad para ver nuestras interferencias frente a los otros, tanto como para respetar el espacio vital de los demás. Con ello, nos permitimos avanzar hacia nuestros objetivos con firmeza, mientras ganamos seguridad en el proceso y nos alineamos con la capacidad innata de Aries para avanzar.
La Luna Llena del 12 de abril ocurrirá cerca de su punto más alejado de la Tierra, conocido como apogeo. Como consecuencia, se verá más pequeña en diámetro de lo normal. La luna llena de Aries es muy importante para el mundo católico porque determina la fecha de la Pascua.
La energía de la luna llena Aries nos permite acercarnos a la comprensión del principio de resurrección, que nos trae la oportunidad de dejar atrás lo que no somos en esencia y nos permite reconectar con la vida consciente de la cual hacemos parte. También, nos abre a la posibilidad de reconocer las emociones que nos impactan de manera negativa y nos impiden relacionarnos armónicamente con los demás.
Olga Lucia Toro
Astróloga.
Psicóloga y Periodista, U. Sabana.
Master In Mental Health, FAU.
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