Hoy te invito a explorar la composición del universo y de ti mismo, a través de un concepto que ha estado en la base del hinduismo, el budismo tibetano, la tradición japonesa Godai y la concepción griega del universo expresada por Empédocles, entre otros. Para estas filosofías, el universo en su totalidad es un juego de cinco elementos, manifestándose en diferentes formas, proporciones y mezclas.
Intentemos aproximarnos a esta idea de manera directa: Imagina una hoja gigante de papel transparente, puesta sobre un enorme escritorio y en la cual vamos a dibujar un universo, nuestro propio universo. Para lograrlo, es importante que soltemos cualquier idea preconcebida y nos animemos a experimentar y jugar con esta idea de la misma manera en que lo haría un niño. Aún más, atrévete a vivenciarlo tú mismo (una hoja de papel normal, servirá para hacerlo).
Para el ejercicio de imaginación que estamos haciendo, al lado del gran papel transparente, tenemos una lapicera con cinco colores: amarillo, azul, rojo, blanco y el negro. Estos cinco colores nos abren las puertas a un sinnúmero de posibilidades. De manera que cuando empecemos a dibujar, al mezclar el amarillo con el azul tendremos el verde, al unir el rojo y el azul veremos el morado y al fusionar el rojo con el amarillo lograremos el naranja. ¿Y si los queremos más pálidos? Agregamos un poco de blanco. ¿Más oscuros? Añadimos un poquito de negro. ¿Y si queremos un nuevo color, como por ejemplo un azul agua marina? Entonces, unimos el azul con el blanco y le ponemos un poquito de verde. ¿Y el gris? Fácil. Blanco con negro.
Las posibilidades de color que tenemos ahora son innumerables. Partimos de cinco colores y una gran hoja transparente y ahora podemos plasmar sobre ella casi cualquier imagen que pase por nuestra mente, desde un pequeño mundo, un ser humano, una planta, hasta un nuevo universo. Resulta casi increíble, mágico, pero es posible.
Ahora te invito a imaginar los cinco elementos como si fueran esos cinco colores que utilizamos para dibujar nuestro universo. La diferencia, ahora, es que en lugar de hablar de colores, hablaremos de los cinco elementos. Su presencia se manifiesta desde los aspectos más básicos hasta los más elevados, y su equilibrio forma parte de nuestra salud física, emocional y mental, así como de nuestro bienestar espiritual. Al mismo tiempo, se manifiestan en el balance de la naturaleza, y aun en las creaciones humana. Veamos una introducción a los cinco elementos.
Es el más básico y estable de los cinco elementos, se relaciona con el olfato, con aquello que da estructura, estabilidad y permanencia a nuestro cuerpo y a todo lo que es visible. Es la solidez, el sentido de realidad, el mundo de las formas, la capacidad para ser prácticos, para mantener las rutinas y el orden, entre otros.
Se relaciona con el sentido del gusto, con el mundo de la esfera sensible, con todo lo acuoso que hay en nuestro cuerpo, en la naturaleza y en el cosmos. Es la expresión del universo emocional con todos sus matices, es el contacto con nuestras emociones.
Nos habla de la naturaleza mental, el mundo de las ideas, las teorías y el lenguaje. También, se relaciona con el sentido del tacto, con la coordinación y la respiración. Se manifiesta a través del movimiento de nuestro cuerpo, de un planeta, de un animal, una planta o una creación humana como el automóvil.
Es el elemento de la energía radiante que a través de su luz aporta color al mundo. Se asocia con la vitalidad, el calor, la capacidad de brillar. Es nuestra propia luz, así como la luz del sol. Está relacionado con el sentido de la vista, la temperatura corporal y la capacidad para elevarse y extenderse en varias direcciones.
Es la dimensión sutil de la existencia que puede entenderse como el “lugar” donde se manifiesta TODO, que sería el equivalente a nuestra hoja transparente. Así mismo, es la madre de los cuatro elementos que mencionamos anteriormente.
Te invito a que empieces a buscarlos. Conecta con la solidez de la tierra que nos sostiene, valora la importancia del agua para tu vida, encuéntrate conscientemente con el aire y siente en la calidez de tu cuerpo, la presencia del fuego. Al mismo tiempo, presta atención a la sutil esfera en la que ocurre todo esto y así conectaras con el akash.
Los cinco elementos están presentes en todas partes, lo constituyen todo. El universo entero es un juego de los cinco elementos, manifestándose en diferentes cantidades, estructuras y combinaciones. La astrología occidental no incluye el akash en la clasificación de los signos del zodiaco, pero, sin embargo, lo podemos entender como el telón de fondo donde se manifiesta la interacción de los otros cuatro elementos.
En nuestras próximas entregas, hablaremos de cada uno de los elementos y sus relaciones con los signos del zodiaco, los rasgos de personalidad, la salud física y psicológica y la importancia de trabajar en el equilibrio de los mismos para obtener máximo beneficio a todos los niveles.
¡Te invitamos a una nueva formación para que aprendas sobre los cinco elementos!
Olga Lucia Toro
Astróloga.
Psicóloga y Periodista, U. Sabana.
Master In Mental Health, FAU.
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