Esta vez en nuestro viaje cósmico vamos a continuar explorando el gran ciclo de Acuario. Este nos ha traído grandes cambios en las comunicaciones y avances tecnológicos. Sabemos que el futuro va a continuar ofreciéndonos posibilidades no imaginadas hasta hace unas décadas y que cada vez tendremos más acceso al conocimiento. Sin embargo, la clave de la transformación está en la aplicación de lo aprendido.
Así que esta vez vamos a entrar en un espacio diferente, uno que a pesar de estar muy cerca, en la mayoría de los casos nos resulta extraño y desconocido. Es en ese lugar donde habitan los deseos, los ángeles y demonios, así como también nuestra naturaleza volcánica, desde donde salen de forma abrupta reacciones afectivas que nos sorprenden a nosotros y a quienes nos rodean. Prepárate, porque vamos a entrar en nuestro interior, en las profundidades donde se forman los diamantes gracias a condiciones de presión y temperatura extremas, vamos a explorar la frase de Carl Gustav Jung “Nadie se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad”.
Los planetas se mueven alrededor del Sol, la tierra lo hace en 365 días aproximadamente, Saturno en unos 29 años y Plutón en 248 años, por eso su entrada en el signo de Acuario es tan especial. Equivale a imaginar una primavera que, en lugar de llegar cada año, ocurre cada 248 años. La última vez que Plutón entró en Acuario (de 1778 a 1798) terminó la guerra de independencia de Estados Unidos, estalló la Revolución Francesa e inicio la Revolución Industrial. Los dos primeros sucesos inspiraron la búsqueda de independencia en Latinoamérica y el último generó cambios sociales que aún perduran.
Plutón estará en Acuario por 20 años, hasta el 2044. Nos traerá adelantos y cambios profundos en la forma como entendemos la medicina, la psicología, la felicidad y el bienestar humano y planetario a través de nuevos descubrimientos y aplicaciones tecnológicas. También veremos grandes transformaciones en las aplicaciones de la inteligencia artificial, un mayor interés por el trabajo humanitario y el surgimiento de alternativas diferentes a las estructuras de poder que tenemos actualmente. En las próximas dos décadas, las fronteras y las barreras que separan a los países y las comunidades irán dando paso a mayores vías de intercambio para el crecimiento mutuo. Poco a poco la sociedad irá cambiando para promover el bien común en lugar del individualismo y la acumulación de poder. La energía de Acuario es futurista, vanguardista y abierta a nuevas ideas que promuevan la consciencia de que somos una humanidad, más allá de cualquier tipo de diferencias creadas cultural, social o históricamente.
Plutón en Acuario nos invita a innovar para crear una forma de vida con mayor libertad e igualdad, tanto a nivel individual como colectivo. Es allí, donde desde nuestra participación como individuos, podemos ayudar a gestar una Era de Oro para la humanidad. Recordemos que la Era de Acuario se asocia con Ganimedes dando el agua del conocimiento a los hombres, así que esta es la era para gestar una nueva humanidad. Somos parte de dicha transformación y nuestra intervención consciente es fundamental. De ahí que trabajar Plutón en nosotros mismos es una gran oportunidad. Veamos cómo hacerlo.
Plutón, para la mitología, es el dios del inframundo, lo oculto, las sombras, el subsuelo, las profundidades de la tierra, aquello que pugna por salir a la luz. Es como un psicoanalista que trabaja no en lo que el paciente piensa, sino a partir de sus reacciones afectivas, de sus incoherencias, de sus extremos, sus pulsiones básicas que traspasan su propia razón. Darnos cuenta de nuestra reactividad emocional es acercarnos a un estado de integración, de bienestar. Develar Plutón, es convertir sus sombras en luz mientras evolucionamos y desarrollamos nuestro poder personal, nuestra voluntad. Es reconocer que debemos dejar morir los miedos más penetrantes para nacer a nuevas formas de sentir y actuar.
Plutón tiene influencia sobre nuestros sentimientos más profundos y nuestros estados de ánimo. Se relaciona con la respuesta del cuerpo frente a las situaciones y puede entenderse como una especie de intuición corporal. La conexión entre el inconsciente y el cuerpo también nos habla de Plutón, nos explica cómo somatizamos las emociones y los conflictos psicológicos, llegando a afectar la salud física y psicológica. Así mismo, los sedimentos emocionales que nos dejan las experiencias, los traumas que habitan en nuestro interior, los tabúes, miedos y obsesiones junto a todo lo que enterramos en los subterráneos de la conciencia son plutonianos.
Para Alexander Lowen, creador de la terapia bioenergética, la mente y el cuerpo están intrínsecamente conectados. Para Lowen, las emociones reprimidas y los traumas pasados se reflejan en la postura corporal, la respiración y la tensión muscular. Así que flexibilizar nuestro cuerpo, hacer ejercicio y prestar atención a la postura y a las tensiones que aparecen frente a determinadas circunstancias es una forma de abordar a Plutón en nuestra vida y crear cambios positivos.
Si lo relacionamos con la neurociencia, Plutón aparece con el descubrimiento de la relación intestino-cerebro. Hoy se sabe que la microbiota intestinal influye en las alteraciones del estado de ánimo relacionadas con el estrés, como la depresión y la ansiedad; con la memoria, los procesos de aprendizaje y la calidad del envejecimiento del cerebro. El desecho de toxinas nos ayuda a liberarnos de lo que no nos sirve y al mismo tiempo despertar la capacidad de sanación del cuerpo. Plutón es regeneración y transformación a través de la purificación, pero también se relaciona con nuestras tendencias instintivas y nuestras pulsiones básicas animales. Seguir una alimentación sana y hacer ayuno regulado son recomendaciones que desde tiempos antiguos se han asociado a beneficios físicos, emocionales, mentales y espirituales, despertando la capacidad plutoniana de transformarnos y evitando la degeneración.
Actualmente, a través de sus investigaciones, la neurociencia ha encontrado que la red de comunicación entre los órganos y el cerebro no es unidireccional, sino orgánica y se manifiesta de una forma que nos cuesta trabajo entender desde la mente lineal. Pero más que entenderla, tenemos la posibilidad de modificarla, de acceder a aquello de orden plutoniano que se escapa a la lógica a través del trabajo en nosotros mismos. Plutón nos invita a mirar el sustrato energético que sostiene nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestra dimensión espiritual.
La respiración, la postura, el ejercicio que hacemos y la dieta, entre otros, influyen en nuestra salud cognitiva y emocional, abriéndonos la puerta para acceder a ese sustrato. Te invito a explorar tus tesoros, a mirar en tu interior siguiendo la frase de Carl Gustav Jung “Quien mira hacia afuera, sueña; quien mira hacia adentro, despierta”.
Olga Lucia Toro
Astróloga.
Psicóloga y Periodista, U. Sabana.
Master In Mental Health, FAU.
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